PERFILES
LUZ LOZADA. S.
RECIBAN EL ESPIRITU SANTO


“Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen sus pecados, serán perdonados, y a quienes se les retengan, les serán retenidos”.

Evangelio según San Juan Capítulo 20, Versículos 22- 23.

La situación de la Iglesia primera, descrita en los Hechos de los Apóstoles, era muy distinta. Si Jesucristo es el protagonista de los Evangelios, el de los Hechos de los Apóstoles, es el Espíritu Santo. Las Cartas de San Pablo están llenas de afirmaciones, que muestran la convicción de la presencia del Espíritu Santo, en la vida de los primeros cristianos. La confesión de Jesucristo es el Señor, sí puede decirse bajo la acción del Espíritu Santo. Los Hechos de los Apóstoles comienzan con la promesa del Espíritu y, después del relato de la Ascensión y de la elección de Matías para completar el Colegio Apostólico, pasan de inmediato a la narración de Pentecostés. ¿Era distinta la presencia del Espíritu en la Iglesia primera?. Así parece indicarlo la oración de la Misa de este domingo, al pedir que el Espíritu realice en el corazón de los fieles, aquellas maravillas que obró, en los comienzos de la predicación evangélica. Hay una serie de experiencias humanas, en las que habría que afirmar que, allí está la sobria embriaguez del Espíritu, de la cual hablan los Padres de la Iglesia y la liturgia antigüa. Donde hay amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de sí, allí está el Espíritu. Un padre, con un hijo que tiene graves deficiencias físicas y mentales, es feliz en la convivencia íntima con él, ¿No está actuando el Espíritu Santo?. Cuando unas religiosas españolas, deciden regresar a Argelia, sabiendo que sus vidas corren peligro, (fueron asesinadas a las pocas semanas). ¿No está actuando el Espíritu Santo?. Cuando tantos padres siguen generosamente entregados a sus hijos, imponiéndose grandes sacrificios, aunque vayan por caminos distintos, ¿no está allí el Espíritu Santo de amor, generosidad y tolerancia?. Cuando tantas personas, incluidos jóvenes, se entregan al servicio de los enfermos de SIDA, de los presos, atendiendo a los enfermos, ¿No está allí el Espíritu Santo que les da fuerzas, generosidad y dominio de sí mismos?. Si los Hechos de los Apóstoles, hubieran narrado estas cosas, hubieran hablado de la presencia del Espíritu Santo. Nos falta conciencia de que en todos estos casos y en muchos más sigue presente el Gran Desconocido. Estén atentos a la presencia del Espíritu en las oraciones de la Misa, tengan los ojos abiertos a la presencia del Espíritu en la vida de cada uno.

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